El jueves después de conseguir que me dieran el día en el trabajo, nos dirigimos Jose Ramón y yo dirección Boal. Ya teníamos el día bien planificado, Por la mañana con los cachorros a las perdices, y por la tarde, a ver si con un poco de suerte conseguiamos levantar la primera Arcea.
Comenzamos a cazar las perdices con un día espléndido, incluso mejor que el domingo, soplaba un poquito el viento, y eso se agradecía. Anduvimos toda la mañana Yo con Ohwyn y Jose con Gila y no conseguimos echar una sola perdiz, se las había comido la tierra, y no seria por los cachorros, que trabajaron estupendamente.
Al medio día bajamos a Boal, a comer el menú del día en "El prado", normalmente no bajamos a comer al bar, pero al ser principio de temporada nos lo tomamos relajadamente, jeje.
Después de las Fabes subimos a la capilla a ver si dábamos con la primera arcea de la temporada. El bosque se encontraba en unas condiciones bastante óptimas, con buena humedad después de las lluvias caídas estos días a tras. Al escuchar que ya se había visto alguna becada por Asturias, nos metimos al monte sin pensarlo dos veces. Pero esta vez la suerte no estaba de nuestro lado, no conseguimos ver ninguna, pero mereció la pena, por los perros, que tenían unas ganas enormes de adentrarse en el monte, y por ir cogiendo poco a poco el tono físico, que no esta de mas.
Al final pasamos un buen día, sacamos los canes, anduvimos un poco y nuestras ganas por ver la primera sorda siguen intactas.
Ezequiel
Comenzamos a cazar las perdices con un día espléndido, incluso mejor que el domingo, soplaba un poquito el viento, y eso se agradecía. Anduvimos toda la mañana Yo con Ohwyn y Jose con Gila y no conseguimos echar una sola perdiz, se las había comido la tierra, y no seria por los cachorros, que trabajaron estupendamente.
Al medio día bajamos a Boal, a comer el menú del día en "El prado", normalmente no bajamos a comer al bar, pero al ser principio de temporada nos lo tomamos relajadamente, jeje.
Después de las Fabes subimos a la capilla a ver si dábamos con la primera arcea de la temporada. El bosque se encontraba en unas condiciones bastante óptimas, con buena humedad después de las lluvias caídas estos días a tras. Al escuchar que ya se había visto alguna becada por Asturias, nos metimos al monte sin pensarlo dos veces. Pero esta vez la suerte no estaba de nuestro lado, no conseguimos ver ninguna, pero mereció la pena, por los perros, que tenían unas ganas enormes de adentrarse en el monte, y por ir cogiendo poco a poco el tono físico, que no esta de mas.
Al final pasamos un buen día, sacamos los canes, anduvimos un poco y nuestras ganas por ver la primera sorda siguen intactas.
Ezequiel
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