El que la sigue la consigue...

Por fin y después de tantas y largas horas en el monte, pasando frió, mojandome, callándome y levantandome mil y una veces del suelo, desesperándome en ocasiones, por fin mi perros y yo hemos traído la primera y tan ansiada Becada a nuestra casa, y pese a lo hostil que puede ser la búsqueda de la dama del bosque, os puedo asegurar que merece mas que la pena, sobre todo por disfrutar del enorme y generoso trabajo de los canes.
El pasado Domingo 28 de noviembre decidí dirigirme a cazar a Salas,Puesto a que la amenaza de nieve, complicaba cazar en Boal debido a la altura en la que se encuentra el coto, y sabiendo que en cuanto nieva, parece que las arceas desaparecen de allí, opte por cazar en el coto Salense. Allí me encontré con Roberto (Caleyina), y estuvimos dando vueltas por el coto, al cual hemos comenzado a cazar este año, y aun estamos conociéndolo, buscando una zona la cual la nieve nos permitiera cazar, después de varias vueltas encontramos una zona, la cual nos parecía bastante apropiada para que en sus parajes pudiera esconderse tan ansiado trofeo, y allí comenzamos la jornada cinegética. Tras toda la mañana buscando indicios de la presencia de la dama, sin resultado ninguno, decido dirigirme hacia el coche, para cambiar de sitio, mira que la riega era guapa, pero ni rastro de las xanas, y como siempre cuando menos te lo esperas, cuanao ya estaba calando a los prados que me acercaban al coche, empieza a sonar el collar de Judee, en una esquina del prado por el cual habíamos accedido al monte a primera hora, no veo la perra y me pongo en alerta, e intento acercarme a la Judee sintiendo el rastro sonoro del bepper, justo cuando estaba dando la vuelta a un matorral ya veo caer en patrón a Noa que iba delante mio, y poco mas allá estaba Judee, reclamando mi asistencia, al cachin rompen posturas, y comienza a seguir el peón, y unos metros mas adelante es Noa la que queda en muestra a la emanación de la astuta cega, después de un rato las dos perrinas puesta, vuelven a romper, y la becada ya no aguanta la presión, y levanta el vuelo, con tan buena suerte que me sale al claro, y consigo descolgarla, no os podéis imaginar la inmensa alegría, ya hemos cazado la primera, y me había quitado un gran peso de encima que arrastraba ya desde jornadas atrás. Mas tarde estuvimos mirando otras zonas, pero sin resultado positivo alguno.
En resumen un buen día de caza con la incomparable compañía de mis perros, los cuales siempre dan el máximo, por lo que me siento mas que agradecido....

Un Saludo a todos los becaderos