Un día después de venir de trabajar, y al ver la tarde tan apacible que hacia, María y yo, cogimos la Kangoo, el carro, subimos a Ohwyn, Lala y Judee y nos dirigimos rumbo a la hermosa playa de Rodiles, en Villaviciosa.
La verdad es que no es la primera vez que saco los perros a la playa, es una actividad que a mi, me encanta, pero aun mas a los canes, los cuales disfrutan como enanos corriendo a sus anchas por toda la playa y jugando con las olas.
Como anécdota, Ohwyn consiguio mostrar una pareja de correlimos que comían tranquilamente en la arena, la pena fue que no me dio tiempo a llegar pa sacarle un foto, el loco de el se encontraba en al otra punta de la playa.
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