El décimo primer día de noviembre, y como suele ser habitual, a comienzo de la temporada, nos dirigimos, a nuestro coto de alta montaña, la predicciones eran claras, nevadas sobre los 1000 msnm, pero como somos un poco cabezones, y aveces, no confiamos demasiado en los meteorólogos, tuvimos que comprobarlo con nuestros propios ojos, y como no podía ser de otra manera, habían caído unos cuantos copos durante la noche, y estaba totalmente impracticable, para poder realizar una actividad cinegética, dentro de los margenes de la ley, aun así aprovechamos para tomarnos un cafetito y deleitarnos con el suave caer de la lluvia blanca.
Después del madrugon no me podía volver a la cama, y decidí ir a casa, cambiar el arma, coger algún campano, e ir en busca de las becadas, aunque la incesante lluvia, no ayudaba bastante, y hacia el coto Salense nos dirigimos mis perros y yo.
Aproveche, un pequeño cese de la lluvia, para cambiarme, vestirme zahones, chubasquero, y como reza la ley de murphy, justo en medio de el cambio, se pone a llover con ganas, antes de comenzar ya estamos pingando, pero bueno, de perdidos al río, y hacia el bosque nos adentramos. Pasamos parte de la mañana mirando distintos tipos de cazaderos en el mismo lugar, desde pinéras con predilección de entrada, hasta profundas riegas, donde albergar una sorda ya asentada, pero no hubo suerte, la becada no apareció, eso si la lluvia no ceso. La tarde daba la impresión de que nos iba a dar una tregua, se empezaban a asomar atisbos de cielo azul entre la grises nubes, y decidimos coger la Kangoo y buscarlas en otro lugar. Después de cruzar practicamente todo el coto, nos fuimos a una zona donde en años anteriores, ya habíamos tenido encuentros con becadas tempranas, y nuestra intuición no nos fallo, a la media hora de estar en el cazadero, siento el bepper de Capi a lo lejos, rapidamente escucho con atención y me oriento, la cosa se empieza a calentar, pero antes de conseguir visualiazar a Capitán, el bepper deja de sonar, y las dudas me entra, que habrá sido, el perro aun es joven, y tiene algún que otro fallo, eso si menos que el amo, no obstante el perro esta bastante alterado, "esto tubo que ser una arcea", y así fue, en cuanto llega Noa, se queda clavada, aguanta unos segundos la muestra, con la Assia a patrón, y de repente, se pone loca con los andados, moviendo el rabo como un helicóptero, como tanto gusta algunos, y tampoco gustan el los campeonatos, eso si no menos útil, en el ejercicio de la caza, y rapidamente encuentro dos señas ineludibles la presencia allí de una sorda. Los ánimos aumenta y sin dilación nos ponemos en su búsqueda, el tiempo pasaba y no había señal alguna de la misma, "esta debe de ser de las que pega vuelos largos", justo cuando decidimos olvidarnos de esta arcea, y seguir cazadero adelante, comienza sonar el collar de Noa, yo estaba en medio de una pista, y el terraplén para andentrarnos hacia donde sonaba el bepper era considerable, y tras unos segundo, encontramos un sitio por donde subir a gatas, camino hacia delante hasta localizar a la perra, pues ahí estaba, apostada junto a unos pinos, casi tapada por los helechos, aun erguidos en esta epoca, rapidamente, llega Assia y respeta, Capitán tarda un buen rato en llegar, como siempre sabrá dios por donde andaría, y Noa seguía calvada, ni se movió, estaba claro, tenia la becada bloqueada, me coloco junto a los perros, estaba bien situado y mi posición abarcaba mucho terreno, y como siempre cuando menos te lo esperas, sale la oligorra, el bosque retumba un solo disparo, esos que cuando no son tuyos suenan a matador, y así fue, la fuerza se alió conmigo, y conseguimos descolgar la arcea, como os podéis imaginar, alegría inmensa!!! dos días a las arceas, y los dos días con premio, mejor imposibles, eso si todo gracias al los perros que están comenzando al temporada a un nivel increíble, realmente estoy muy muy contento, comenzamos a recoger lo que hace tiempo sembramos, y labramos...
Un saludo a todos los becaderos, sorderos y arceeros...
Ezequiel